domingo, 20 de septiembre de 2009

Miedos


Estoy en Concordia. No he hecho grandes cosas. Anduve sí, pero un poquito. Hoy salimos a caminar con Tere y con Carbón. Cuando quisimos subir por la pasarela del ferrocarril, Carbón se negó. Por más que insistí, él se negó. Dos perritos menuditos, ínfimos, subían y bajaban por la escalera (ex precaria, ahora remodelada) de la pasarela como si nada, como si fuera una proeza que realizaban todos los días a todas horas. Carbón, con su tamaño gigante y su grueso collar gigante no se animaba a subir la escalera de hierro. Intenté subirlo a la fuerza, empujándolo de atrás de costado, pero nada. Carbón, mi perro gigantesco se moría de miedo. Los dos perritos hacían una danza de subida y bajada. Movían las patitas en perfecta concordancia el uno con el otro. Se meneaban en un reggetón perruno de ladridos y colas bamboleantes. A carbón no le importaban las demostraciones de valentía de esos dos pequeños circenses, él tenía miedo. Y contra el miedo hay muy pocas cosas que pueden hacerse. La gente que no tiene miedo, o que no comparte tus miedos, cree que es muy fácil superar ciertas cosas. Superar al terrible monstruo que está bajo tu cama por ejemplo. O al asesino serial que se esconde detrás de la celosía y está esperando que apagues la luz para saltar sobre vos. Es muy fácil para los demás darte ánimo cuando no los inunda a ellos un pánico de la misma calaña que el tuyo.
Insistí con carbón. Se asustó más. Hizo tanta fuerza con la cabeza que se zafó del collar y me dejó a mí sola con collar y correa intentando subir a un perro invisible y él se fue. Corría a toda velocidad por el borde de las vías con los trenes parados y el sol brillante y los árboles verdes y los dos perritos pequeños que lo corrían mordiéndole los talones y cantando una especie de canción aullido de ferrocarril.
Yo me quedé ahí, con mi perro invisible, con la pasarela vacía, con el viento invisible, con el miedo invisible de carbón y la tarde callando, rosada, como una flor.

2 comentarios:

  1. Está bueno, yo le quitaría el "y cantando una especie de canción aullido de ferrocarril". Además, trataría de decir de otra manera las dos partes que pongo a continuación: "intentando subir a un perro invisible y él se fue" y "Yo me quedé ahí, con mi perro invisible, con la pasarela vacía, con el viento invisible, con el miedo invisible de carbón y la tarde callando, rosada, como una flor".

    Saludos

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  2. bueno, gracias por los consejos, igual a estos textos de descarga no les busco mucho la vuelta, o lo que quedaría mejor! Salieron así y listo...qué bueno que comentaste! besos

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anduvieron conmigo