La alegría no es política decís preparando el pan, amasando la harina con el agua, mezclando los elementos...juntándolos a la masa uniforme y leudante que hacés cada mañana con la venida del sol.
La alegría no es política. La alegría no es una metodología de combate me decís junto al café que humea con ese olor que sólo sabe tener el café de madrugada...
Y la gente comienza el exilio diario de sus casas a sus trabajos. Comienza el éxodo de llevar sus hijos a la escuela durante todo todo el día.
Y vos amasás como desencantado con la vida. Metido adentro del vaivén de tus manos que van y vienen en una ternura indescriptible. Vas y venís como tus manos. Vas y venís como tus manos.
Abro el diario. Los uruguayos no llegaron a anular la ley de caducidad.
Vas y venís como tus manos. Una familia explotó junto a su casa en El palomar.
Vas y venís como tus manos. Un colectivo chocó violentamente anoche en San Cristóbal.
Vas y venís. Voy y vengo mirándote y llega la hora de salir y me voy.
La alegría se debe haber quedado dormida, le cuesta levantarse temprano en Buenos Aires, cada día le gusta menos trabajar.
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