A mí y a Chulet nos han pasado muchas cosas juntos.
Éramos de andar y andar las calles de Concordia buscando historias y a veces encontrábamos algunas.
Eran las épocas de esplendor de la Tururú Tinto Band y de las ferias de fanzines en el mirador arenitas blancas. Eran los múltiples festivales en las distintas plazas y en las escuelas. Los recitales de heavy metal en el anfiteatro de San Carlos. El crazy pub, Octubre, y el club 759.
El "paraíso deforme" ya había comenzado como taller ambulante en la estación de trenes y ya habíamos pedido un espacio en el archivo municipal de Pezarini firmando con cualquier nombre menos con el nuestro...
Ésas eran las épocas en que nos conocimos con Chulet. Nos presentó un amigo en común que desde hace años el tiempo acerca y aleja como le da la gana.
Pero quiero contar especialmente una noche en que vimos ovnis juntos. Digan lo que digan, lo crean o no, es una historia verdadera, tan tan real como las torturas anteriores que sufrimos en manos del Gato Bardo.
¿Quién no se acuerda del Gato Bardo? Todavía anda por las calles concordienses pero ya no es el mismo gato ni el mismo bardo de siempre...(una vez en una cita a ciegas con una amiga el candidato era el gato bardo!!!! pero esa es otra historia que contaré en otro momento)
Ese día había una especie de festival en la Plaza Zorraquín. Con fanzines, tambores, una obra de teatro,murga y algunas comidas...Nos habían pedido que vayamos a sacar fotos del evento, y ahí estábamos. Cámara en mano, con una máquina buena buena, no digital (todavía no existían), retratando lo que veíamos. En eso, el Gato Bardo nos quita la cámara enojadísimo, sin motivo alguno y amenaza con arrojarla lejísimos.
Nosotros saltando abajo como dos perritos pekineses que el amo les acerca y les aleja el pedazo de carne...Es que la situación era así. El Gato Bardo agitando la cámara con sus dos metros y pico de altura y nosotros dos saltando abajo intentando capturarla y muertos de bronca como dos chicos chiquitos...Por suerte, del lado bueno también había un superhéroe de dos metros y pico, que apenas vio el cuadro se puso el traje y vino a socorrernos. Era Tucán Ramírez de la TTB, altísimo y forzudo y buenísimo para salvar a la humanidad. Le quitó el objeto al Gato Bardo, y nos mandó en remisse...sí! Nos puso en un remisse a mí y a chulet como si tuviéramos cinco años, y a todos los tambores del festival para que los lleváramos de vuelta al teatro...Fue un grande Tucán, si Gb hubiera arrojado esa cámara al vacío jamás nos hubiera dado el cuero para arreglarla...
Pero la historia continúa, llevamos los tambores al teatrito, compramos unos jugos, jugos!!! Porque de alcohol esa noche no queríamos saber nada y nos fuimoa a mirar la noche a la pasarela del ferrocarril. Cuando llegamos, un oficial de gendarmería nos dice:-"Elijan su vagón gurise"- Parece que había una especie de telo de vagones que regenteaba el gendarme. Nos dio risa. Pero le dijimos que sólo íbamos a sentarnos un rato en la pasarela a tomar un jugo...el que se rió fue él esta vez. ¿Quién va una noche tarde tarde en el verano a mirar las estrellas y a tomar un jugo? Nosotros. Pero bueno... Nos sentamos en un escalón y empezamos a ver luces de distintos colores. Luces que se movían y se quedaban quietas. Después hacían unas extrañas vueltas que no eran normales. Creo que estábamos tomando jugo alucinógeno! Un Pindapoy concordiense con lsd, no sé. Las luces se hacían grandes y pequeñas. Bailaban. Hacían un intento de lambada aérea que sin duda habían aprendido viajando.No tenían explicación alguna...Eran ovnis. Eran ovnis, que habían venido a visitarnos, a bañarse en el río, a llenarse de río...!!!
Nos empezó a dar un poco de miedo. ¿Y si baja el marciano y nos lleva? ¿Y si se mete adentro nuestro y domina nuestra mente y nos hace asesinar a la gente de la ciudad? ¿Y si se enamora de nosotros y nos obliga a viajar con él a la galaxia de los carnívoros marcianos dementes?
Estábamos especulando todas esas cosas cuando las luces se fueron. El gerente gendarme del telo ferrocarril roncaba al lado de los rieles. De los vagones salían risas lascivas que se habían perdido los ovnis sobre Concordia. Aullaba un perro, bajito, pá no despertar a los durmientes.
Volvimos caminando, en silencio.
Siempre recordamos esa avistaje de ovnis.
En dónde andarás, chulet! Siempre estás viajando. ¿Nos vemos en el verano? Te quiero mucho.
hola Ce!!! como olvidarme de los ovnis, del gato Bardo (al cual la TTb le hizo un homenaje en vida en el verano) de los fancines y de esa noche en la pasarela. La verdad estoy esperando la oportunidad de ir de nuevo a ver esas luces, a comprobar ke el jugo no era lisergico, y ke una de las epocas mas linda de mi vida sigue ahi esperandome, para recordarme ke tod cambia pero sigue igual.
ResponderEliminarLa extraño mucho amiga Ce!! la vida nos acercara de nuevo y reiremos de marcianos carnivoros y gendarmes hoteleros y de nosotros mismos, y volveremos a perdernos en las oscuras calles de Concordia para volver a encontrar historias. Abrazos, Chulet.
Pd: lei algo de neruda sobre un solilokio.... sabes como se llama mi payaso(o sea el clown al ke le presto mi cuerpo) "Solilokio".... besos