jueves, 13 de mayo de 2010

Avellaneda


(Conozco pocas personas en el mundo como Nico. Personitas hermosas que viven en una completa burbuja. A veces tienen un atisbo de realidad, pero les duele, y entonces prefieren seguir andando en la poesía. Ojalá hubiera más. Hacen demasiada falta.)
Hoy me pasaste a buscar tempranísimo por casa. Plena hora pico de tránsito en el centro porteño. No pudiste estacionar el Celestín y lo metiste en el telo de al lado. Cuando salimos pensaste que la gente nos envidiaría por eso. Todos marchando a trabajar de madrugada y nosotros saliendo de ahí, a esas horas,en las miradas ajenas seríamos felices.
Tomamos la autopista para Avellaneda, llenos de papeles, rumbo a las juntas educativas, sin mates, y encima sin sol, jueves, el largo día jueves como diría Neruda...
Cruzamos el riachuelo, oficinas de miles de colores, hasta la calle Zeballos que serpentea como ninguna. Cómo se mueve y baila esa callecita. Tuvimos que tomar tantas veces la Avenida Mitre para que nos digan que hoy no había atención al público. O tuvimos que tomar tantas veces la Avenida Mitre para ver a esa mujer tan joven toda arreglada y paqueta que metió el taco aguja en la esquina más sola de Avellaneda y se cayó de culo. Justo ahí. Justo en ése momento teníamos que estar nosotros dos, el auto celeste, la mañana...no podía ser otro día que hoy.
Si se pudieran hacer trámites todos los días del año menos hoy, hubiéramos ido hoy. Porque somos así. Vos manejando sin ver casi nada. Yo manipulando guías de transporte. Mientras una vieja cruza la calle a medio kilómetro por siglos y somos los únicos que la esperamos. Somos así.
Juntos no hacemos ni uno.
Lo mejor de la mañana fue encontrar las mejores medialunas del planeta en un café de Monserrat. En el café Monserrat precisamente. Ver la gente que se peleaba en la esquina y el policía sonriente y feliz con sus auriculares y su chaleco fluorescentemente naranja.
Lo mejor de la mañana fue salir a pasear con estas nubes.
Entre las nubes.
Exactamente así.
El mejor tiempo perdido del mundo, amigo mío.

4 comentarios:

  1. En verdad Ce, lo que se veía gris no era el cielo sino Bs As visto desde arriba. En realidad fuimos a Avellaneda volando con mi autito celeste por eso andábamos en las nubes.

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  2. Y FUE UNA BONITA MAÑANA EN EL AIRE ENTONCES...!

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  3. Pero el Celestín llegó... con un rabo de nube en el motor siempre llega. Ce?... Y Nico, llegó en hora? Gracias por el relato. Sentí que iba en el asiento de atrás y mientras la pobre mujer se caía de culo nos cagábamos de la risa...
    Para la próxima jornada de trámites me pasan a buscar, ta?

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  4. te prometo que lo más pronto posible te timbreamos en madrid gato!!! esperanos con un rico vino!!!!

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anduvieron conmigo