viernes, 8 de enero de 2010

Blancos pedacitos...

Estábamos pasando la siesta en el jardín. Ensimismados, inmiscuídos en el agrioinfernal canto de las chicharras y el último disco de lisandro aristimuño. Tan alto tan fuerte cantaban las bichas que apenas podíamos escucharlo. Las perras se entretenían intentando atrapar los mosquitos en el aire y en el intento hacían un sonido seco como un clap duro un aplauso interrumpido...
Una canilla goteabla plic plic en una olla abandonada. Un benteveo miraba con mirada asesina desde el limonero.
No había lugar para el silencio.
En la cocina, alguien preparaba galletitas con paté y buscaba el abrelata entre todos los utensilios del cajón que chirriaban. Chás..clin..clan...
El sol cubría el cielo con lascivia.
Vos cebabas el mate y me hablabas me contabas cómo se te venía escapando el amor por estos días.
Vos te quedabas sentado en la galería y lo veías pasar al amor en bicicleta. Te lo encontrabas en la panadería. Lo veías desnudo en la orilla del río.
Y yo te decía a todo que sí. (Siempre te digo que sí, pero adentro mío al mismo tiempo me viajan historias de miles de colores, yacarés me nadan por la sangre, ideas me llenan el alma)
Y vos seguías en tu ternura cálida y precisa y fue ahí que vimos a la planta vibrar.
No necesitó ni un viento para empezar a temblar como una virgen. Nada necesitó y se sacudió, comenzó a sacudirse como perro pulgoso y todas sus pequeñas partículas de cuerpo empezaron a cubrir el aire y el jardín.
Y todas las cosas se callaron. Todo el universo se quedó callado para mirarla. Para mirar los hijos de la planta que se echaron a volar por el mundo.

... los vimos alejarse en el aire, blancos como dientecitos con alas, blancos como pedacitos de amor entre las sábanas, blancos...

3 comentarios:

  1. "..sonido seco como un clap duro un aplauso interrumpido."

    Ce, tu és muchas veces genial. Me gusta mucho de todo eso. Mucho.
    besos

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  2. me gustó muchísimo lo de los yacarés y lo del amor escapado, qué lindo darle más vida a la vida!

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  3. risueño caraguatá11 de enero de 2010, 4:36

    mil ecos han retumbado, la puerta sigue sin abrirse, una brisa interrumpe a la siesta para darle vida al sauce, se sacude un gorrion, y yo, sigo esperando

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anduvieron conmigo