Dos años sin papá. Dos años ya. Y Buenos Aires sigue toda luminosa, y toda llena de procesiones y de velas de san expedito y de autos ligeros, y de calles rotas,y de gente triste. 24 meses y el mundo sigue girando sin vos. Sin tu mirada lisa y azul de horizonte. Sin tus libros. Sin tus historias de café. Sin tu solitaria felicidad. Tanto tiempo ya sin tus pies andando. Sin tu voz en el teléfono. Sin tus sopas de verduras ni tus vueltas en auto. Sin tus cuentos del hospital. Sin tus pasos a la noche.
Dos años sin vos papá. Y pareciera que fue ayer que me llamabas por teléfono desde concordia pidiendomé que comprara esos libros que querías y yo recorriendo la avenida corrientes en tu nombre y llamandotéque sí, que lo habíamos conseguido, y ya dos años que volaron, porque así vuela el tiempo y se lleva todo lo que amamos y trae también nuevas cosas para amar. Pero la vida pasa. La vida anda. Y nos lleva y nos trae y nos llena de bonitos recuerdos y de palabras hermosas. Y nos deja vacíos también y nos deja solos....
Y uno aprende a seguir con esa ausencia. En pedacitos. De a pedacitos se junta cada mañana y dice qué lindo día para ir a trabajar, qué lindo día para seguir andando. Y qué lindo día para recordar.
Porque no te olvido ningún día del año, papá. Porque te quiero porque te llevo y te traigo conmigo a las librerías, y a las plazas, y a los recitales y a los cafés (a todos los cafés de buenos aires), te llevo y te traigo en el bolsillo.
Pedacito de mi vida para siempre.
Pedacito de mi corazón.
Donde quiera que estés, donde sea ese sitio del después, sabé siempre que te extraño mucho.